Al observar la emotiva reacción de los niños
Kichiro toma la decisión de enseñar a las personas estrategias de aceptación y
aprecio de los seres de la naturaleza. Para conseguir dicho objetivo, decide
embarcarse y comenzar su travesía en una pequeña canoa con redes, esperando conocer personas que mejoren su trato a los animales y demás seres de
la naturaleza. Se despide de su madre y
de su padre quienes muy tristes le aconsejan sobre los cuidados que debe tener. Ellos, le empacan en una pequeña talega algunos
alimentos y herramientas útiles para su supervivencia.
Kichiro empieza un recorrido lleno de aventura y después de navegar durante todo un día y admirar hermosos paisajes,
encontrándose cansado decide tomar un lugar como posada. En el fondo se siente el angustioso y repetido
chillar de un animal, al entrar en una cabaña que llama su atención, se
da cuenta que su habitante es un perrito maltratado y amarrado. El
protagonista de nuestra historia decide soltarlo rápidamente para aliviar su
tortura y nuestro personaje doméstico decide velozmente saltar a sus brazos, con
grandes lambetazos que lavan su rostro.
Kichiro se acerca a un aljibe cercano de donde recoge un poco de agua, saca de su talega una hogaza de pan y se la da mientras que sorprendido le dice
- ¿Dios….Quién te ha hecho tanto daño?....
Por unos cuantos minutos se queda pensando y menciona:
-¿Qué nombre te pondré?...¿A qué te pareces??? Tritón….No no….Ícaro….No…no…¡Jimbo!... por tus grandes orejas.
Kichiro después de alimentarlo se dispuso a desamarrar a Jimbo ya que los lazos lastimaban las extremidades del cachorro. Cuando de pronto, sintió unas grandes pisadas que se aproximaban, Kichiro palideció y se quedó en un profundo silencio….
Kichiro se acerca a un aljibe cercano de donde recoge un poco de agua, saca de su talega una hogaza de pan y se la da mientras que sorprendido le dice
- ¿Dios….Quién te ha hecho tanto daño?....
Por unos cuantos minutos se queda pensando y menciona:
-¿Qué nombre te pondré?...¿A qué te pareces??? Tritón….No no….Ícaro….No…no…¡Jimbo!... por tus grandes orejas.
Kichiro después de alimentarlo se dispuso a desamarrar a Jimbo ya que los lazos lastimaban las extremidades del cachorro. Cuando de pronto, sintió unas grandes pisadas que se aproximaban, Kichiro palideció y se quedó en un profundo silencio….
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